La idea de este dibujo la artista la obtiene de la vista que ve desde su ventana durante su estancia en un encuentro internacional de artistas realizado en el verano de 2018 en un pequeño pueblo de la provincia de Zamora ( España) .
Una calle empinada unas luces y unas sobras intensas provocadas por la luz cruda del verano castellano, son los elementos que componen una escena perfectamente geométrica y abstracta. La línea diagonal que divide las casas de las sombras que proyectan, es la línea que divide lo tangible de lo intangible.
El dibujo esta hecho con materiales muy básicos, grafito sobre papel , esto es lo que le aporta el dramatismo y la profundidad, que de otro modo no seria posible.
Aquí Martí Zaro sigue su larga trayectoria, su viaje en busca de la belleza atreves de lo esencial.