Ola de calor es un tríptico en óleo y esmalte en aerosol, sobre papel.
La obra fue desarrollada en el verano de Buenos Aires, en el marco de un fuerte aumento de las temperaturas.
En las pinturas vemos arder la ciudad bajo el sol desde la altura, a través de un vaso o una ventana. La distancia entre el punto de vista y los paisajes retratados sugiere una tensión entre el afuera y el adentro que por un lado nos presenta una realidad compleja, agobiante, y por el otro, nos separa de ella.
El tratamiento de la paleta es preciso, sutil y sofisticado. Expresa una atmósfera asfixiante que capta el sopor y, a la vez, la belleza de un tiempo vivido y sobre todo, sentido.
La omisión de la figura humana acentúa su presencia a través de la perspectiva de la artista, colocando al espectador en el lugar de observador de aquel paisaje, en un instante único e irrepetible.